Materia de exámen

Es una pena que el año de mis 18 haya supuesto para mí una gran pérdida de tiempo. No podré recordarlo como algo feliz porque será un año que no habrá existido nunca. Me refiero a que en materia de estudios voy bastante flojita y creo que este año de dinero gastado por parte de mis padres habrá supuesto una mera transición de primero a segundo de bachillerato, como para enterarme de qué va la cosa, porque no he estudiado nada de nada. Esta mañana empecé mis exámenes finales. De momento la cosa pinta fatal porque un exámen de filosofía chupado lo he tirado por la borda: regular bajo en mi calificación personal. Todo por la flojera de no atender en clase y no repasar en casa otro día que no sea el día antes del exámen. Y así ya con todos porque mañana tengo uno de Literatura y he empezado ahora, a las doce de la noche del día anterior. Si cuando acaben las semanas de exámenes no he muerto de un ataque de nervios o de sueño me encontraré con un boletín de notas bastante pésimo, tendré que estudiar en verano, me quedaré sin playa y sin viaje al pueblo y, como consecuencia, sin fiestas del pueblo y las borracheras de las fiestas del pueblo.
Así que aprovecho para avisar que si alguno que esta leyendo esto es estudiante, y aún más de 2º de Bachiller, que atienda en clase y que no deje todo para el último día porque después pasa lo que pasa.
Podría estar relatando mis penas de este año inexistente toda la noche pero ahora tengo que ir a aprovechar un poco el tiempo y dormir ;)

1 comentario

[EKI - 30 de mayo de 2005 - 14:01]

El año de los 18 tiene más mito que realidad. Cada año es importante por igual. Luego llegará el de los 20 por cambiar de número. El de los 21 porque ya no está a caballo entre el 1 y el 2. El de los 22 por los 2 patitos. Piensa que los años importantes no se cuantan por la edad que tienes, sino por las cosas que haces.

Respecto a los exámenes. Si has aprendido la lección, no ha sido en vano. A veces necesitamos darnos de bruces con la pared para saber que tenemos que rodearla.

Y playas y veranos y borracheras, las de este año no son las últimas. Habrá más, y serán más importantes por lo que hagas entonces.

Dicen que a todo cerdo le llega su SanMartín. Pero también existe el refrán contrario, que vendría a ser como un 'Todo llega, ¡Maestro!' Solo ten paciencia.